lunes, 15 de julio de 2013

Capítulo 2 - Carol

La hora, como lo hacía siempre, transcurrió rápidamente. Él la tomó del brazo y la llevó, corriendo, a la terraza. El lugar más alejado, aquel donde ella podía ser quien en él conocía. Y él podía ser quien quería.
—¿Por qué corrés? —dijo exhausta, cerrando la puerta tras ella.
—Me quería alejar de todos… —Le sonrió cálidamente, para remarcar que solo era una queja tonta.
—¿De tus admiradoras, acaso? —preguntó con ese tono neutro que en realidad decía de todo, mientras se acercaba a él, jugando con la caja de su almuerzo.
—Lo decís sólo por celosa —dijo con una sonrisa burlona.
Se sentaron contra la pared junto a ellos.
—¿Por qué debería estarlo? Vos me besaste a mí —y ella sonrió.
—¡Tulle! —exclamó riendo.
Carol repartió sus sándwiches de jamón y queso.
—Muchas gracias, damita —dijo él, fingiendo un tono elegante.
Ella rio tímidamente, tapando ligeramente su boca.
En cuanto paró el ambiente se volvió pesado, ya que ambos se habían quedado callados. Carol desvió su mirada y comió lentamente.
—Carol… —La voz de Joaco la asustó. Lo miró rápidamente acudiendo a su llamado.— ¿Sentiste algo cuándo te besé? —preguntó serio, como pocas veces lo hacía.
Por esa razón ella se asustó.
—No, pero… —intentó decir, pero Joaco solía terminar sus frases como si él ya las supiera desde antes.
—… jamás lo hicimos porque nosotros lo viéramos necesario —dijo él de forma calmada.
—Pero nosotros somos amigos, ¿qué sentido tendría el solo hecho de intentarlo?
 Se miraron por unos segundos.
Ambos pensaban en lo mismo, pero ninguno tenía el deseo de nada.
—No, no siento nada —dijo seguro y alegre.
—Sos un tonto —Ella rio.— Lo hiciste a propósito. Te encanta molestarme —y lo golpeó suavemente en el hombro.
Comieron el resto de los sándwiches y bajaron con calma.

Una vez que las clases de la tarde acabaron ambos se fueron a sus casas.
—Linda señorita, ¿quiere que la acompañe? —dijo Joaco, exagerando su tono elegante.
Carol solo rio.
Caminaron junto a sus compañeros por varias cuadras, pero no por mucho porque en la esquina estaba la estación del tranvía.
—Hoy pago yo, buscá lugar —dijo él cordialmente.
Carol, sin quejarse, caminó entre la gente. Al final había un par de asientos solitarios.
Se acercó rápidamente y se sentó junto a la ventana, colocando su mochila en el otro asiento. Miró por la ventana.
Qué lindo se ve todo hoy. Me trae mala espina… luego de la calma siempre hay un huracán. Esta noche entreno, espero que nada lo arruine, falta muy poco para…
—¿Me puedo sentar con vos? —La pregunta burlona de él la sacó de sus pensamientos.
—Siéntese, me parece que mi amigo se las va a tener que arreglar solito —y su voz sonó tan neutra que pareció más un insulto, pero Joaco sabía que ese era su mejor tono de burla.
Él se acomodó en cuanto Carol retiró su mochila. Ella volvió a mirar por la ventana.
—¿Cómo anda Trevor? —preguntó Joaco, queriendo sacar conversación. Aunque sabía que ella no hablaba de su hermano.
—Bien… supongo —contestó sin mirarlo.— No hablo con él —agregó algo triste.
Se produjo silencio, pero Carol lo cortó diciendo:
—Me enteré que tuvo una pelea en su colegio… tiene un ojo morado y un brazo roto. Está en cama hace una semana y no para de quejarse —sonó preocupada.
—¿En cama? —interrogó, asombrado.
—Sí. Igual, conociendo a mi papá y su mamá, creo que lo hubieran hecho hacer reposo solo por el ojo —dijo ella, intentando esbozar una sonrisa.
Joaco sonrió con ella y la abrazó con ternura.
—Sos única, amiga —y soltó una risotada perfecta que provocó que todos los miraran.
Carol se escondió detrás de él y Joaco pidió perdón apenado.
Es tan buen actor… tan seguro de sí. Sabe cómo ser en el momento justo, es perfecto cuando quiere, tonto en los momentos indicados y cuando es él mismo es tan cariñoso y adulto…
—Hay que bajarnos, Carol —le dijo, tomándola de la mano.
Se bajaron y caminaron derecho a sus casas.
—Estas tomando la fastidiosa costumbre de meterte en medio de mis pensamientos —lo miró fingiendo enojo.
—Perdón, pero… sería difícil. Con lo callada que sos, vivís pensando —La empujó levemente riendo.
—¡No me empujes, Joaco! —exclamó, devolviéndole el empujón.
Salió corriendo hacía su casa.
Al llegar a la puerta se paró.
—¡Nos vemos! —le gritó, saludándolo.
—¡No te vas a salvar, Carol!— Contestó en el mismo tono mientras entraba a su casa.
Ella entró, tiró su mochila sobre el sillón y corrió a la cocina. Pero antes de llegar si quiera a abrir la heladera su padre la llamó al comedor. Rápidamente tomó una manzana y caminó al comedor, tranquila.
Cuando vio la escena que la esperaba se paró en seco y le costó tragar.
—Hola, hija.
 Una mujer… que era el calcó perfecto de la chica. Con los mismos ojos celestes y los cabellos rojos como un atardecer.
Carol solo la miró desde la puerta.
—Carol, tu madre tiene que preguntarte algo… —dijo su padre que parecía muy triste.
Ella bajó la cabeza y reprimió un insulto en su garganta.
—¡Mi amor! —exclamó la mujer con alegría—, ¿Vos querrías venir a vivir conmigo? —preguntó finalmente con una sonrisa y los brazos extendidos.
Carol cerró fuertemente sus ojos y comenzó a llorar. Miró, haciendo una fuerza sobre humana, a su padre buscando una explicación a esta pregunta tan repentina y absurda. Pero como siempre, él no dijo ni hizo nada.
—Jamás… me iría con vos —dijo con una voz temblorosa y débil. Estaba aterrada, tenía la sensación de que su cuerpo se le había dormido.
—Pero… ¡Caroline Grey, vendrás conmigo! —gritó furiosa la mujer que parecía indignada, más que desilusionada. Se paró y golpeó la mesa.
—Lo siento Patrick, pero esto es suficiente. No quiero que esta mujer trate así a Carol —dijo la madre de Carol, apareciendo de golpe en la habitación.
Carol la abrazó y ella comenzó a acariciar sus cabellos.
—¿Y esta que, cree que es la madre de mis hijos?—preguntó furiosa la mujer, que creía tener algún derecho sobre Carol.
—Yo… —intentó decir la madre de Carol, pero el padre la interrumpió.
—Ella los crió durante quince años a los chicos que abandonaste, que ahora vos llamas hijos, Luna —su voz era áspera y cruel.— Además de soportarte durante dos años en el juicio que nos hiciste... Quiero que te vayas, porque Carol no quiere ni verte —dijo finalmente.
La mujer se sentó con furia y sacó su teléfono.
Carol se desprendió de su madre con dulzura y corrió a su cuarto sin ver nada, sin pensar en nada. Cerró la puerta de su cuarto y se sentó en su cama. Se llevó las rodillas cerca del rostro.
Quince años… y aparece queriendo hacerse la buena. Lo peor de todo es que después de demandar a mi padre y a Mary, pretende que me vaya a vivir con ella… ¡La odio!
—Carol, mi madre esta histérica. Dijo que Luna esta en tú casa —Joaco entró por la ventana mirando con tanto cuidado sus movimientos que no la vio. Pero en cuanto se acomodó la abrazó sin decir nada.
Tenía más que claro lo que la madre biológica de ella hacía siempre que aparecía, pero ni Carol ni su madre le habían dicho lo que había ocurrido hacía ya quince años.
—¿No… lo sabes, verdad? —preguntó ella mirándolo de reojo.
—No sé nada. Si vos no me lo decís, yo no me meto —contestó él, sonriéndole dulcemente.
—Ella… ella —antes de poder decir nada lloró. No se sentía fuerte, pero quería decirlo. Lo necesitaba.
—Tranquila, no tenés que decir nada —La miró a los ojos. Enseguida notó su necesidad de hablar.
Se alejó un poco de ella y se sentó, mirándola con cariño. Para darle confianza.
—Ella se fue… cuando Tommy y yo éramos muy chicos.
>>Yo acababa de nacer y una noche, mientras todos dormían, simplemente desapareció de la clínica. Ella decía que nunca quiso tener hijos, que lo de ella y mi padre era solo una aventura que termino mal… ¡Lo hizo sufrir tanto, Joaco! —concluyó, con un grito desesperado. Él la abrazó fuertemente, Carol pasó sus brazos por debajo de los suyos y lo apretó contra ella.
—Carol… —dejó salir su nombre junto con un suspiro.


Que felicidad me da que les haya gustado mi primer capítulo!! Espero que el que acaban de leer les resulte igual de maravilloso.

Tienen la total libertad de hacer la pregunta que deseen :). Muchísimas gracias por el premio ^^ me pareció un detalle hermoso.
Bueno, los dejo nos vemos en el capítulo 3 de Carol.
Mio


2 comentarios:

  1. Aww me fascinó el capítulo *-*
    no puedo esperar por leer más pero la historia va super bien!
    Un beso :*

    ResponderEliminar
  2. Hola :3
    Paso a decirte que te dejé un premio aquí:
    http://fantasticmisseloise.blogspot.mx/2013/07/va-de-premios.html
    espero puedas pasar por él :)
    Saludos!

    ResponderEliminar

Agradecemos cualquier tipo de opinión, mientras que esta nos ayude a crecer :). ¡Gracias por dedicarnos un poco de tu tiempo!